miércoles, 28 de mayo de 2014

Orgánico y saludable!

Este finde que pasó nos dimos una vuelta en familia por Buenos Aires Market, una feria de productos orgánicos y comida sana que organiza el gobierno de la ciudad. Es la primera vez que se hace cerca de casa, así que fuimos el sábado para conocer de qué se trataba y volvimos el domingo por más.


Estaba todo muy bien ordenado, un patio de comida central con tablones y sillas rodeado de stands de comida sana y sabrosa.




Por los caminos del parque se sucedían los puestos de productos: desde libros de comida saludable, quesos, verduras y frutas orgánicas, hasta aceites de olivas y sales marinas saborizadas.



Nuestra perdición, como saben, son los panificados. El sábado Guille se comió un pan con jamón y queso de los stand de comidas… riquísimo!! Y el domingo, que pudimos ir un poco más temprano, desayunamos unos muffins de arándanos de Próspero Velazco. Super recomendable los muffins de frambuesas del mismo lugar!!!




No nos podíamos ir de la feria sin comprar pan para el almuerzo. Más que tentadores, los panes de L’épi!! Y mi gran sorpresa fue encontrarme con uno de mis cocineros preferidos: Olivier Hanocq. Les pido disculpas a todos los que siguen mi blog por no haber dado vuelta el cartelito para la foto, me di cuenta en el momento, pero me inhibió la emoción!! Jajajajajjaja…. La baguette… riquísimaaaa!!!! Sueño con estudiar panadería francesa, el día que lo haga… están todos invitados a degustar!! www.lepi.com.ar





Ya teníamos las pastas secas, los kiwis orgánicos, los hongos portobello, la cervecita artesanal y la baguette de L’épi. Para la próxima, 7 y 8 de junio, iremos por el pan de chocolate para acompañar los mates y un quesito brie para la picada!!!



La última parada y la que más disfruto la gorda: los juegos del parque! Y si, para todo hay que negociar!!!!



Buena semana!!!!


martes, 20 de mayo de 2014

Dulces de viajes

Hace un tiempo que empecé a prestarle atención a cosas cotidianas que a Guillermina le van a quedar para toda la vida: los desayunos en la cama, la comida casera, los tejidos hechos a mano, la preparación de los festejos, etc. Y pensando en esas pequeñas cosas, se me vinieron a la cabeza los sabores que a uno le quedan guardados para siempre.


Esta vez voy a contarles sobre esos dulces que guardan historias de viajes. Me gusta más lo salado que lo dulce y prefiero lo casero antes que lo comprado… en fin!!.

Cuando éramos chicos vacacionábamos en Mar de Ajo, todo el familión materno (abuelos, tíos y primos). Parábamos en una casa un poco alejada del centro, sobre una calle que llevaba directo al mar. Más allá de los juegos compartidos, las comidas rodeadas de un montón de gente, la búsqueda de almejas y los castillos de arena, una de las cosas que nunca nos vamos a olvidar era cuando pasaba el churrero por la puerta de la casa. No había quien no dejara lo estaba haciendo a la primer llamada de “churro”. Y es así como hoy en día los churros, para mí, saben a vacaciones en el mar.


En mi último viaje a España, de esto hace un par de años, volví a recordar un sabor de esos que no son muy usuales, pero siempre quedan en la memoria emotiva. Paseando fuimos a Córdoba y mientras recorríamos la ciudad conseguimos en una panadería los clásicos pestiños. Claro que no tienen comparación con los que hacia una de las tía de mi mamá, pero igualmente inolvidables! Los pestiños son masas típicas de Navidad o de Semana Santa de Andalucía, y fue toda una alegría poder encontrarlos fuera de época. Saben a anís, a miel… a pestiños!!



Por España también, pero en otra oportunidad, fuimos con mi hermano a recorrer Mallorca. En nuestro recorrido, subimos un montón de montañas para luego bajarlas y encontrarnos con un pueblo encantador: Valldemossa. Allí comimos unos panificados típicos hechos con harina de papa: "cocas de patatas", riquísimos!!! Y de recuerdo de nuestro viaje a la isla nos trajimos una ensaimada que nos acompañó en los desayunos y meriendas barcelonesas.





En Brasil hay pocas cosas dulces que llaman mi atención. Los dulces brasileños tienen mucha crema o son demasiado dulces para mi gusto, pero si hay una cosa que me vuelve loca es el "bolo de cenoura" (budín de zanahorias). Nunca falta en los viajes de verano, acompañado de unos buenos mates, por supuesto!



Los helados no son mi preferencia, siempre elijo los mismos gustos: dulce de leche en cualquiera de sus versiones y limón. Pero hubo un sabor que me animé a probar en un viaje a Roma y me dejó fascinada!!  Acá en Argentina el chocolate rocher aún no existía y aunque no se consigue como el de Italia, forma parte de mis gustos preferidos!




El sur argentino sabe y huele a chocolate en rama... 





Buenos Aires a café con medialunas...


 Y el centro o norte a colaciones y alfajores con dulce de leche!





Hay viajes en los que los sabores dulces pasaron desapercibidos… no tengo dudas, voy a tener que volver!!
Buena semana!!!!  


martes, 13 de mayo de 2014

Humahuaca, Tilcara y Purmamarca

Hoy les voy a contar sobre uno de los viajes que más disfrutamos en familia. Cuando Guille tenía un año hicimos una escapada a Salta y Jujuy.

Me encanta viajar y gracias a la vida, a Guillermina también!! Creo que la mejor época para viajar al norte es en otoño o primavera (que no hace ni tanto frío, ni tanto calor). Nosotros fuimos en mayo y nos tocaron unos días divinos! Como la gorda usaba pañales la cambiaba en el auto, la leche la tomaba natural (de esas cajitas que vienen chicas y son practiquísimas) y para comer pedíamos algún puré, verduras hervidas o fideos.

Humahuaca, Tilcara y Purmamarca fueron los lugares que más nos gustaron, aunque para el próximo viaje lo ideal sería poder hacer noche en alguno de ellos. Son lindos para ir con chicos pero no es muy recomendable para pasear en cochecito (el piso se mantiene de tierra en su mayoría)

Estos 3 lugares (y unos cuantos pueblos encantadores más del valle) valen si uno los camina, con Guille pequeña y el viento que había ese día, no fueron una buena combinación para poderlos recorrer.

Primero fuimos a Humahuaca, una ciudad super pintoresca de calles angostas, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Al mediodía la plaza central se llena de gente que espera, mirando al reloj del cabildo, la bendición de San Francisco Solano (una estatua de madera de tamaño natural).


Dicen que viajando se fortalece el corazón, 
pues andar nuevos caminos
te hace olvidar el anterior... 

Después de subir las escaleras del Monumento a la Independencia, entrar a la Iglesia antiquísima, escuchar las coplas que recitan los niños lugareños y comprar algunas chucherías a los artesanos, fuimos a comer en un lugar que no recuerdo bien el nombre, está en diagonal a la Plaza y todo pintado por fuera. Adentro no dice mucho, pero las empanadas que comimos y las milanesas de llama no tienen comparación!! 




 
Ya dejando esas calles tan bonitas entramos en un mercado municipal donde compramos los populares papines, de diferentes sabores, colores y formas que después nos trajimos para cocinar en casa.




Luego pasamos por Tilcara, otra ciudad más grande pero no menos encantadora! Nos quedaron para el próximo viaje los museos y varios paseos. El viento nos llevó directo al lugar emblemático: el Pucará (lugar fortificado). Uno se siente muy pequeño frente a la inmensidad de la quebrada y lo que allí lograron los aborígenes es admirable. Este sí es un lugar para prestarles un poco de atención a los pequeños.



Creo que a pesar de tanta melancolía,
tanta pena y tanta herida,
sólo se trata de vivir.



Ya se nos hacía tarde y nuestro próximo destino quedó casi oculto cuando se puso el sol. Purmamarca es un pueblo pintoresco a los pies del Cerro de los 7 Colores, sus calles son increíbles y la feria alrededor de la plaza principal es de más lindas que recorrimos. Nos quedó la Iglesia y una caminata que nos recomendaron: el paseo de los colorados.


Seguro que al rato estaré volando,
inventando otra esperanza para volver a vivir.


En mi almanaque hay una fecha vacía...

Estos pueblos invitan a ser visitados una y mil veces!! Para la próxima recorrida agendamos un par de lugares que nos quedaron por visitar, unas ricas humitas y un buen tinto!! Quién se prende??

"Sólo se trata de vivir" Litto Nebbia


viernes, 9 de mayo de 2014

Reciclamos latas

 Desde chica tengo la manía de guardar cosas para luego reciclarlas. Hoy les voy a contar sobre las latas que pasan por mi casa para quedarse…


De atún, de tomate, de leche, de duraznos, de aceitunas, de pate o picadillo… todo viene bien si las queremos reutilizar!!


El clásico uso es de porta lápices, y tengo varias en esta función… Soy una loca de los lápices de colores. Al principio los guardaba en una cartuchera, después los puse en frascos de vidrio, pero como Guille también los usa, decidí pasarlos a latitas. Las de aceitunas importadas valen, para mí, con la estampa original. Son angostas y me vinieron bárbaras!!




Cada vez que vuelvo de Chaco traslado un cactus de los que me “prepara” mi abuelo en envases descartables. En un momento tenía una colección importante de envases distintos y no quedaban para nada vistosos. Entonces, empecé a juntar latas de tomate, como son ideales para las plantas que requieren poco riego, las pinte con aerosol amarillo y ahora sirven de maceta. Los tengo colocados a lo largo de una ventana, quedan muy vistosas!




Para nuestro casamiento toda lata que caía en la familia y amigos, iba directo a parar a mi taller: las revestí con plasticola y hojas de un libro viejo (que Guille había destrozado). Les pusimos una puntilla y un cartelito. Las usamos como plantines para ambientar el lugar, luego los invitados se la podían llevar, y otras sirvieron como florero!



Les dejo unas que me parecieron simpatiquísimas, son las que pinta Ceci Cipo, una amiga chaqueña, con los diseños de friditas de la artista canadiense Tascha Parkinson. 






Hay miles de ideas, buscando en internet seguro encuentran algo para inspirarse y ponerse manos a la obra este finde!! 
Hasta la próxima semana!!