martes, 13 de mayo de 2014

Humahuaca, Tilcara y Purmamarca

Hoy les voy a contar sobre uno de los viajes que más disfrutamos en familia. Cuando Guille tenía un año hicimos una escapada a Salta y Jujuy.

Me encanta viajar y gracias a la vida, a Guillermina también!! Creo que la mejor época para viajar al norte es en otoño o primavera (que no hace ni tanto frío, ni tanto calor). Nosotros fuimos en mayo y nos tocaron unos días divinos! Como la gorda usaba pañales la cambiaba en el auto, la leche la tomaba natural (de esas cajitas que vienen chicas y son practiquísimas) y para comer pedíamos algún puré, verduras hervidas o fideos.

Humahuaca, Tilcara y Purmamarca fueron los lugares que más nos gustaron, aunque para el próximo viaje lo ideal sería poder hacer noche en alguno de ellos. Son lindos para ir con chicos pero no es muy recomendable para pasear en cochecito (el piso se mantiene de tierra en su mayoría)

Estos 3 lugares (y unos cuantos pueblos encantadores más del valle) valen si uno los camina, con Guille pequeña y el viento que había ese día, no fueron una buena combinación para poderlos recorrer.

Primero fuimos a Humahuaca, una ciudad super pintoresca de calles angostas, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Al mediodía la plaza central se llena de gente que espera, mirando al reloj del cabildo, la bendición de San Francisco Solano (una estatua de madera de tamaño natural).


Dicen que viajando se fortalece el corazón, 
pues andar nuevos caminos
te hace olvidar el anterior... 

Después de subir las escaleras del Monumento a la Independencia, entrar a la Iglesia antiquísima, escuchar las coplas que recitan los niños lugareños y comprar algunas chucherías a los artesanos, fuimos a comer en un lugar que no recuerdo bien el nombre, está en diagonal a la Plaza y todo pintado por fuera. Adentro no dice mucho, pero las empanadas que comimos y las milanesas de llama no tienen comparación!! 




 
Ya dejando esas calles tan bonitas entramos en un mercado municipal donde compramos los populares papines, de diferentes sabores, colores y formas que después nos trajimos para cocinar en casa.




Luego pasamos por Tilcara, otra ciudad más grande pero no menos encantadora! Nos quedaron para el próximo viaje los museos y varios paseos. El viento nos llevó directo al lugar emblemático: el Pucará (lugar fortificado). Uno se siente muy pequeño frente a la inmensidad de la quebrada y lo que allí lograron los aborígenes es admirable. Este sí es un lugar para prestarles un poco de atención a los pequeños.



Creo que a pesar de tanta melancolía,
tanta pena y tanta herida,
sólo se trata de vivir.



Ya se nos hacía tarde y nuestro próximo destino quedó casi oculto cuando se puso el sol. Purmamarca es un pueblo pintoresco a los pies del Cerro de los 7 Colores, sus calles son increíbles y la feria alrededor de la plaza principal es de más lindas que recorrimos. Nos quedó la Iglesia y una caminata que nos recomendaron: el paseo de los colorados.


Seguro que al rato estaré volando,
inventando otra esperanza para volver a vivir.


En mi almanaque hay una fecha vacía...

Estos pueblos invitan a ser visitados una y mil veces!! Para la próxima recorrida agendamos un par de lugares que nos quedaron por visitar, unas ricas humitas y un buen tinto!! Quién se prende??

"Sólo se trata de vivir" Litto Nebbia


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