lunes, 22 de agosto de 2016

Trabajando la paciencia

Hola a tod@s y buen comienzo de semana!!! Hoy les dejo un post muy personal con un cuentito para trabajar la paciencia en los peques. 


Antes de las vacaciones de invierno, tuve la reunión de cierre de cuatrimestre en el jardín de la belleza, donde nos dieron el informe de ésta etapa. Claro que creció un montón y que le falta todavía más. Pero en sus diferentes puntos a evaluar se reiteran frases como: “quiere hacer todo rápido para pasar a otra cosa” o “sus trazos son apurados” o “no se fija en los errores”.




Esto es algo que lo vienen marcando desde que empezamos en sala de 5 y que venimos trabajando con la belleza (muy a pesar de lo que me gustaría para su educación). Y si bien tomamos una actitud diferente en casa (no más presiones), consideramos que tiene solo 5 años y muchas cosas las va a ir puliendo de a poco. Ella es así: atolondrada, ansiosa, impaciente. Quizás una característica de la edad, quizás un aspecto de su carácter.




Para ayudarla en todo este proceso decidí buscar en internet herramientas que puedan darme una mano. Encontré varias y entre ellas un cuento que habla sobre la paciencia. Entonces, con su ayuda, hicimos unos títeres (y no había día que no me preguntara para qué eran). Después de leerlo varias veces y jugar con los títeres, entendió de lo que trata la historia. Cuando la veo apurada o desprolija le pregunto por Locomo y Loplanto…

Que opinan de todo esto? Sin entrar en debate de sistema educativo…





Les dejo el cuento y el nombre del autor. Si lo buscan van a encontrar un montón de cuentitos para trabajar con los chicos!! Y si quieren les mando el archivo listo para imprimir!

Buena semana y a disfrutar de los días, que se vienen lindos!!



Autor: Pedro Pablo Sacristán


Una minúscula gota de magia

Loplanto y Locomo eran dos jóvenes aprendices de mago que se prepararon durante años para cargar sus varitas en la misteriosa fuente de la magia. Cuando estuvieron listos, viajaron por el mar hasta la Isla de los Mil Desiertos, atravesaron sus infinitas dunas buscando la fuente. Pero la fuente estaba seca. Tan seca que solo pudieron llenar sus varitas con una minúscula gotita de magia. Y al agotar la magia de la fuente, la isla se transformó en un inmenso desierto que nadie podía atravesar. Solo quedaron dos pequeños oasis, tan pequeños y distantes, que Loplanto y Locomo decidieron separarse para tener una posibilidad de sobrevivir cada uno en su pequeño oasis.
La vida se hizo entonces, durísima para los dos. Aunque el oasis les proporcionaba agua de sobra, su única comida eran los dátiles de las pocas palmeras que habían crecido junto al agua. Y aunque agitaban sus varitas tratando de conseguir comida, tenían tan poca magia que nunca pasaba nada.
Hasta que varias semanas después, al agitar su varita, Locomo vio ante si un enorme y apetitoso tomate. –Vaya! qué suerte la mía, si me lo como ahora, me alegrara el día- Y aquel fue el mejor día de Locomo en el oasis.
Algo parecido le pasó a Loplanto a los pocos días, cuando su varita le regaló una pequeña patata. –Vaya! Qué suerte la mía, si la planto y la cuido, me alegrará muchos días- Y aquel día Loplanto tuvo tanto hambre como los otros días, y además tuvo que trabajar para preparar la tierra y sembrar la patata.
Algún tiempo después la varita regalo a Locomo un pajarito cantarín y regordete. –Vaya ¡Que suerte la mía! Si me lo como ahora, me alegrara el día- Y la abundante carne del pajarillo estaba tan rica que aquel se convirtió en su mejor día en el oasis.
También la varita de Loplanto hizo surgir por aquellos días un pajarito cantarín y flacucho. –Vaya, ¡qué suerte la mía! Si lo alimento y lo cuido, me alegrará muchos días- Y aquel día, y muchos otros, Loplanto compartió con el pajarillo su poca comida, para conseguir que el pajarillo volviera y lo despertara cada día con sus bellos cantos.

Los dos jóvenes magos, siguieron recibiendo nuevos y pequeños regalos de sus varitas, cada cierto tiempo. Locomo los usaba al momento para conseguir un día especial, mientras que Loplanto aguantaba el hambre y el cansancio, esforzándose por convertir cada regalo en algo que pudiera serle útil durante más tiempo. Así, no tardó en conseguir un pequeño huerto cuyos frutos también compartía con cada vez más animales que le daban ayuda, comida y compañía. Llegó a estar tan cómodo y con tantas cosas que decidió ir a buscar a Locomo para intentar cruzar el desierto y escapar de allí.
Sin embargo, Locomo no quiso saber nada de él. Al oir como había conseguido Loplanto tantas cosas, y pensar que podía haber hecho lo mismo, se llenó de rabia y de envidia. Entonces, convencido que todo era culpa de la poca magia que tenía su varita, cambio las varitas en un descuido de Loplanto y luego, impaciente por probar su nueva varita, echo a su amigo de su oasis. Pero la varita que se quedó era menos mágica que la que ya tenía y el envidioso e impaciente mago quedo encerrado durante años y años en el mismo lugar, incapaz de hacer nada para salir de allí. 

Loplanto abandono el oasis de Locomo decidido a cruzar el desierto. Pero apenas llevaba unas horas de viaje cuando, se levantó un fuerte viento que arrastro a su amigo el pajarito. El mago corrió tras el para salvarlo, pero el viento creció hasta convertirse en un tornado que aspiró al pajarito, al mago y a todas sus cosas, levantándolos por los aires. Volaron y volaron durante tantas horas que cruzaron el desierto y atravesaron el mar. Finalmente, el viento perdió fuerza y Loplanto aterrizó suavemente en un valle verde y tranquilo, junto a una bella fuente. Entonces, el pájaro tomo con su pico la varita de Loplanto y la llevo hasta la fuente.
El joven mago sintió al momento cómo su varita, y el mismo, se llenaban de la magia más pura y de la sabiduría más profunda. Y descubrió que aquella era la verdadera fuente de la magia, y el pajarillo su fiel guardián.
El mago Loplanto era poderoso gracias a la sabiduría, la paciencia y la voluntad que tuvo, cuando se llenó de grandes cosas con una minúscula gotita de magia.       
Y colorín colorado… este cuento se ha terminado!

  

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